¿Qué platos tradicionales ibicencos no te debes perder?
¡Qué puede haber más apetecible que comerse una paella al sol, acompañada de pan crujiente y maridada con una copa de algún rico elixir? La paella es posiblemente el plato más internacional y conocido de España, aparte de ser el orgullo y la disputa locales, por ver quién la cocina mejor. Y aquí la comen a mediodía. Ya la prefieras con marisco, pollo o verdura, Ibiza cuenta con estupendos restaurantes donde pedirla. Eso sí, ¡ven con hambre!
El sofrit pagès es un sabroso testimonio del legado culinario rústico de la isla. Es un contundente guiso de carne que solía cocinarse en festejos especiales cuando se mataba un cerdo —conocido como la matança— y lleva carne, salchichas, patatas y hierbas aromáticas. Una siesta es de rigor después de comerlo. El arroz de matança es otro guiso de cerdo contundente, esta vez con arroz, que también se cocina en ocasiones especiales y que se sirve con una salsa de acompañamiento llamada picada.
Suele cocinarse durante la matança para abastecer de carne a toda la familia para todo el año, las salchichas ibicencas son muy conocidas y están hechas de cerdo local, hierbas y especias. Y no te olvides de probar la butifarra y la sobrasada cuando vengas.
Un favorito de los pescadores es el bullit de peix o guiso de pescado, que quizá sea hoy en día el plato más representativo de esta isla. Servido con alioli y una buena porción de patatas locales y maridado con vino local bien fresco es, sin duda, uno de los mejores platos de Ibiza.
Para los que no puedan pasar sin su ensalada y se pregunten qué comer en Ibiza, pueden probar la ensalada payesa o ensalada de la huerta. Esta ensalada tiene muchas variaciones, pero la tradición manda que contenga patata roja, cebolla roja, cebolla tierna y tomates, productos todos ellos de la huerta ibicenca.
La gastronomía de la isla no solo destaca por sus platos salados. También es famosa por sus dulces, que son perfectos reconstituyentes por la mañana o caprichos después de cenar.
Las ensaimadas —los dulces tradicionales de Mallorca, la isla vecina de Ibiza— son un bollo enrollado en forma de espiral con azúcar glas espolvoreada por encima. Uno de sus ingredientes es la manteca de cerdo (saim en mallorquín) que es de donde procede su nombre. Y con ensaimadas de días anteriores, siempre puedes hacer greixonera, una especie de pudín de bollo hecho con repostería del día anterior, leche, limón, canela y a veces un chorrito de frigola: un licor ibicenco aromatizado con tomillo. Y ya de paso date un capricho y pídete un trozo de flaó: una tarta de queso con un toque de hierbabuena, que se encuentra por toda Ibiza y también por las Baleares. Sencillamente deliciosa.